![](https://periodiconuevomilenio.com/wp-content/uploads/2024/04/94acf538-fc81-4ecd-bd95-b2b9882763aa.jpg)
Hoy, hoy solo deseo agradecerte por regalarme casi diario un poco de tu valioso tiempo y dedicármelo al leer mis mensajes.
Mil gracias por tu amistad a través de poco o mucho tiempo, pero que para mí es muy valioso e importante, por retroalimentarnos y ayudarme a crecer, mejorar, madurar, aprender, evolucionar.
Para ayudarme a sanar mi niño interior y entender el origen de mi cáncer, transmutando todo lo que guardaba, y mis yo, niños, jóvenes, adolescentes y adultos, empaten emocionalmente con el yo de hoy día, que intenta transmitir lo aprendido y ayudar a todo aquel que lo desee.
Gracias a Dios por la maravillosa e increíble compañera de vida que ha sido mi apoyo, mi guía, mi reina, mi amor eterno, por regalarme dos increíbles hijos a quienes les inculcó ser hombres de bien, respetuosos, honestos, trabajadores.
Gracias a mis padres, que ya descansan en paz, por todo su amor, ejemplos, enseñanzas, y las pruebas que me pusieron, a mis hermanos, abuelitos, tíos, primos, sobrinos y sobrinietos, amigos y compañeros de escuela, mis contactos y a mis hermanos de vida a quienes me une una gran amistad, gracias a todos por ser un tesoro para mí, aprendiendo de cada uno de ustedes.
Y sobre todo, a Dios por permitirme llegar a esta nueva etapa, llegar a los 66 con vida, aún aprendiendo cosas nuevas, a guiarme por los caminos, incluso cuando no sabía qué hacer, porque sentía estar entre la espada y la pared, o tocando fondo, pues nunca me abandonó y me ayudó a ser más fuerte, aún en proceso de mejora, pero siempre trabajando de su Mano.
Desde mi corazón les abrazo y agradezco infinito estar en mi camino de vida, el Señor les llene de bendiciones.
Gracias. Gracias. Gracias.
![](https://periodiconuevomilenio.com/wp-content/uploads/2024/04/94acf538-fc81-4ecd-bd95-b2b9882763aa.jpg)