VALLE DE SANTIAGO, GTO.- En el mes de junio los campesinos, sobre todo los temporaleros, estaban tristes, agobiados y daban todo por perdido, pues las lluvias no llegaban y hacían desesperar a la gente, no caía ni una gota de agua y el calor estaba hasta los 40 grados.
Sin embargo, finalmente la esperanza llegó y a principios de julio cayeron los primeros aguaceros, recobrando la confianza y agradeciendo a Dios por esta generosidad.
Este día hubo alegría en el campo y desde muy temprano salieron a continuar sus labores agrícolas apoyados por sus familias y la yunta, ha florecido y revivió el campo con las últimas lluvias, sobre todo hay esperanza.
En los últimos días, la flora ha comenzado a crecer, el campo ha vuelto a reverdecer, el maíz del temporal está creciendo y se espera que siga lloviendo al menos unos 30 días más para asegurar los cultivos y recuperar los ríos, presas y lagunas.
El año pasado llovió muy poco y en estos días ya se superó, ahora solo queda agradecer y pedir a Dios que siga lloviendo y los campesinos cuiden la milpa de las plagas, aunque si llueve estas no llegan, las cosechas de maíz y sorgo que se esperan sean muy buenas.